Agente causal
Herbicidas e insecticidas.
Distribución
En todo el mundo.
Síntomas
Los herbicidas de contacto, aquellos que sólo afectan los tejidos que tocan, generalmente causan manchas cloróticas o necróticas en todas las partes de la planta. Las manchas múltiples pueden causar la deformación de los tejidos afectados. Los herbicidas sistémicos, aquellos que se localizan sobre la planta, tienden a causar una variedad de síntomas, incluida la atrofia. Estos síntomas varían entre una coloración amarilla del follaje en general y una coloración amarilla o necrosis de las venas de la hoja que se pueden expandir a tejidos intravenosos. Los herbicidas sistémicos también pueden causar manchas necróticas, necrosis en el borde de la hoja, torceduras y succión hacia arriba o hacia debajo de las hojas, así como deformación moderada o severa e hinchazón del tallo y pecíolo. El crecimiento de las raíces puede inhibirse y estas se vuelven cortas y robustas. Los síntomas del fruto varían entre la formación de frutos irregulares pequeños o excesivamente grandes y la formación de ápices planos, con pezones o deformaciones internas. Los insecticidas normalmente causan necrosis en los márgenes de las hojas y lesiones necróticas en el follaje.
Condiciones para el desarrollo de la enfermedad
El daño foliar generalmente ocurre cuando se aplican herbicidas e insecticidas de manera excesiva, en una etapa inadecuada del crecimiento de la planta o durante condiciones de clima desfavorables. El daño ocurre típicamente por la acumulación de herbicida causado por la aplicación en hierbas o cultivos adyacentes a plantas de tomate. El daño por esta acumulación es normalmente más severa en el borde del sembradío, en los puntos más cercanos al herbicida. El daño disminuye al alejarse de la fuente.
Control
Seguir las instrucciones especificadas para el uso de herbicidas e insecticidas y aplicarlos bajo condiciones climatológicas apropiadas.