Cuida tu inversión y obtén un mejor resultado en tu producción de hortalizas siguiendo los principios de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
Las BPA incluyen desde la selección del terreno, así como los cuidados en la sanidad del agua, la tierra y los alrededores del cultivo, hasta los protocolos post-cosecha para que los frutos lleguen en óptimas condiciones a su destino.
1. Elige la semilla más adecuada para tu terreno
El primer paso es conocer las características de la variedad que vas a sembrar; es decir, saber acerca de su rendimiento, resistencias y resultados esperados, y las condiciones para conservarla en óptimas condiciones. Contacta a un representante Seminis para recibir orientación acerca de cuál semilla es la más adecuada para tus necesidades.

2. Haz un análisis del suelo
Identifica el estado del suelo donde plantarás tus hortalizas. Esto incluye saber qué nutrientes tiene la tierra, qué cultivos se han sembrado ahí, cuáles químicos se han utilizado y si se han presentado plagas y enfermedades.

También observa los terrenos vecinos, para evitar la presencia de focos de contaminación como establos, desechos industriales o ganado, y aplica un estudio de los canales de riego y drenaje. Además, asegúrate que en la tierra no haya microorganismos ni metales pesados.
3. Prepara la siembra
Nivela los suelos, y aplica un control de malezas, plagas, enfermedades y animales. Sanitiza el equipo de siembra y contempla las condiciones atmosféricas y de humedad. Forma camas o surcos para los sistemas de irrigación y contempla la dirección del agua para evitar inundaciones durante el temporal de lluvias.

4. Elige un sistema de siembra
Hay semillas, como las de brócoli, calabacita, cebollas, chile, melón, pepino, lechuga, sandía y tomate, que pueden sembrarse directamente en la tierra o aplicando un trasplante para realizar los primeros pasos de germinación en condiciones controladas.

Al sembrar, la prioridad es evitar la contaminación de las semillas, por lo cual la generación de plántulas en invernadero contribuye a mantener la planta en mejores condiciones.
Implementa un número de lote y de siembra con el fin de establecer un sistema de rastreabilidad desde tu parcela hasta el punto de destino de tu producción. Conoce más al respecto aquí.
5. Capacita a tu personal
Las malas prácticas de higiene de los trabajadores pueden contaminar tus hortalizas. Es importante conservar la inocuidad en todos los pasos, y establecer medidas de higiene como:
- Tener un canal de agua exclusivo para la siembra.
- Evitar que empleados enfermos o con heridas abiertas entren en contacto con el cultivo.
- Capacitar al personal para lavarse correctamente las manos y evitar que coman en la zona de siembra.

6. Cuida la cosecha
Antes de cosechar, elimina las fuentes de contaminación, como pueden ser las herramientas de corte y el material de almacenaje. Además, se tienen que revisar todos los días los recipientes y reparar o desechar los que pueden poner en riesgo al fruto.

Considera la temperatura de los frutos durante y después de la cosecha. Para conocer algunas recomendaciones, da clic aquí.
Las recomendaciones en este artículo están basadas en información obtenida de las fuentes citadas y deberán ser usadas como una referencia rápida para información acerca de:
http://www.fao.org/3/a-as171s.pdf
http://senasica.gob.mx/includes/asp/download.asp?iddocumento=14539&idurl=20561
http://www.agronuevoleon.gob.mx/oeidrus/hortalizas/2siembra.pdf
El contenido de este artículo no debe ser sustituido por la opinión profesional de un productor, cultivador, agrónomo, especialista en fitopatología, y profesiones similares relacionadas con este cultivo específico.