Cómo Prevenir Daños Mecánicos En La Cosecha

Los daños mecánicos son una de las principales causas de pérdidas en el proceso post-cosecha de una producción de hortalizas. Una imprudencia, un mal manejo del producto o medidas anti-sanitarias pueden marcar la diferencia en el punto de venta.

Los daños pueden ocurrir en diversas etapas del proceso post-cosecha y por distintos motivos, como pueden ser:

  • Uso de equipo inadecuado.
  • Utilización de bandejas con astillas, bordes afilados o con grapas o clavos descubiertos.
  • Mala capacitación del personal.
  • Cosecha descuidada.
  • Mal acomodo de los frutos.
  • Descuido en el traslado, acomodo o manipulación del embalaje, como puede ser: dejar caer las cajas, aventarlas, arrastrarlas, etcétera.

 

Las magulladuras de un fruto lesionado pueden acelerar la pérdida de agua del vegetal, adelantar su descomposición y permitir la entrada de organismos patógenos que lo vuelvan inapto para su consumo.

 

 

Al ser cosechada, una hortaliza es hasta 95% agua. Con el paso del tiempo, y al cortarse la corriente de transpiración, las plantas pierden agua, y comienza un proceso de descomposición que termina con su muerte. Pero antes, se nota una disminución de peso y calidad que dificulta su comercialización.

Es importante conservar los vegetales en un ambiente húmedo y ventilado, para que el calor no incremente la pérdida de agua del fruto.  Además, hay que evitar los daños causados por las bajas temperaturas, pues afectan la vida de anaquel del producto, así como su comercialización, pues se pueden presentar cambios en su color, deformaciones, aberturas o una descomposición acelerada. Los daños por el frío se perciben hasta que el fruto se expone a temperatura ambiente.

 

 

En el caso de los melones, estos pueden presentar agujeros, descomposición y una maduración interrumpida por debajo de los 7 °C. A los pepinos, además de descomponerse y agujerarse, surgen manchas acuosas. Mientras que los pimientos, pueden ser susceptibles a ser atacados por Alternaria y las sandías pierden dulzura cuando se someten a temperaturas por debajo de los 5 °C.

Una lesión en el fruto puede provocar que se infecte por hongos y bacterias, pues a través de las aberturas ingresan al vegetal, lo toman como huésped y lo pudren.  El fruto también puede infectarse por utilizar un equipo de cultivo sin desinfectar, al ser lavado con agua contaminada y dejar un vegetal infectado en el mismo lugar que frutos sanos.

 

 

Por eso, para reducir los riesgos en la cosecha y su traslado a su punto de venta, se deben tomar acciones para recolectar a los frutos de manera cuidadosa en el campo.

El primer paso consiste en la capacitación del personal encargado de la cosecha. En términos monetarios, es menos costoso capacitar a los trabajadores que asumir los costos por malos manejos del producto.

En la capacitación, se deben abordar temas relacionados con la inocuidad en los procesos de siembra, aplicar las Buenas Prácticas Agrícolas, y estar conscientes en la utilización de material de embalaje desinfectado y sin irregularidades, como astillas, grapas o clavos salientes. Acomodar sin amontonar los frutos, y no arrojarlos ni aventarlos.

Además de contemplar asuntos de higiene, como no colocar los frutos sobre el suelo, no usar cajas sin desinfectar o sucios con residuos de otras cosechas, ni permitir que entren en contacto con animales o productos de origen animal.

También es necesario dominar las técnicas de recolección del fruto, como saber observar si el producto está listo para cosecharse, ser precisos con los cortes y con los instrumentos de cosecha, ser conscientes de los cambios por la temperatura, y los métodos de almacenamiento y traslado al siguiente punto de destino.

 

 

Por lo general, las hortalizas se recolectan a mano o con el uso de un cuchillo afilado y desinfectado. En el caso de la lechuga, se corta el tallo principal y se recortan las hojas exteriores. Con las cebollas, la técnica es arrancando la planta con las manos.

Finalmente, hay que contemplar que la cosecha se debe realizar en las horas más fresca del día, (ya sea muy temprano o al anochecer), suspender las labores de cosecha en caso de lluvia o si el fruto está mojado por el rocío. Usar coberturas para protegerlos del sol, etcétera.

 

Las recomendaciones en este artículo están basadas en información obtenida de las fuentes citadas y deberán ser usadas como una referencia rápida para información acerca de:

http://www.fao.org/docrep/t0073s/T0073S00.htm#Contents

http://www.funprover.org/formatos/manualTomate/Biologia%20y%20Tecnologia%20de%20Postcosecha.pdf

http://hos.ufl.edu/sites/default/files/faculty/gdliu/Handling,%20Cooling%20%26%20Sanitation%20of%20Vegetables.pdf

https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/120191/Manual_de_Buenas_Practicas_Agricolas.pdf

El contenido de este artículo no debe ser sustituido por la opinión profesional de un productor, cultivador, agrónomo, especialista en fitopatología, y profesiones similares relacionadas con este cultivo específico.

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