El riego es fundamental para una cosecha exitosa, pues la aplicación de agua durante el desarrollo del cultivo influye en su rendimiento y calidad de los frutos.
Los vegetales están compuestos entre un 80 y 95% de agua. Por eso son tan susceptibles a retrasar su madurez y reducir su rendimiento cuando el daño por falta de agua ocurre el principio de su desarrollo o a afectar su calidad cuando padecen estrés hídrico en las últimas etapas pre-cosecha.

Al contemplar la instalación de un sistema de irrigación, tienes que tomar en cuenta estas consideraciones:
- Tu tipo de suelo, potencial de erosión, capacidad de drenaje, distancia hacia fuentes de agua, topografía y ubicación de fuentes de electricidad.
- Disponibilidad y calidad de agua, así como requerimientos anuales del líquido.
- Potencial de rendimiento de tu cultivo, protección contra el clima y prácticas culturales relacionadas con la siembra, cosecha y control de plagas y enfermedades.
- Presupuesto para pago de insumos, instalación, mantenimiento y mano de obra.
Algunos de los principales sistemas de irrigación son:
Aspersión
Este sistema de irrigación se utiliza principalmente en siembra directa para lograr una buena germinación y emergencia, y para proteger a los cultivos recién sembrados contra las heladas. Sin embargo, en regiones con altas temperaturas no se recomienda usarlo para los cultivos de tomate, chile, cebolla, melón, sandía y maíz dulce debido a que favorece el ataque de hongos.

La irrigación por aspersión es como si cayera una lluvia en la zona de cultivo, con agua distribuida a través de un sistema de tuberías.
Microcompuertas
Consiste en trasladar el agua desde una tubería central hasta las hileras de cultivo a través de unos surcos formados en el campo. Este sistema riega rápidamente el campo de manera uniforme y permite controlar la cantidad de agua que recibirá el cultivo.
Pivote central y/o sistemas laterales automáticos
Este sistema es autopropulsado para regar automáticamente áreas muy grandes de manera uniforme, siempre y cuando no haya pendientes muy pronunciadas. Su instalación es muy costosa, pero requiere poca mano de obra; también se puede utilizar para aplicar plaguicidas y fertilizantes simultáneamente.

Riego por goteo
El riego por goteo destaca por su economía de agua (hasta 50% menos que el riego por aspersión), el ahorro energético por la presión reducida que requiere, y su precisión, al aplicar el agua directamente y de forma controlada en la zona radicular de las plantas.

Cuando se emplea para fertigación (aplicación simultánea de agua y fertilizantes) sumado a la utilización de acolchados, se puede aumentar el rendimiento, calidad y precocidad del cultivo. Además, reduce los riesgos de enfermedades pues no humedece ni el follaje ni los frutos, disminuye el crecimiento de maleza y, si se maneja bien, evita la erosión del suelo.
Las recomendaciones en este artículo están basadas en información obtenida de las fuentes citadas y deberán ser usadas como una referencia rápida para información acerca de:
http://www.fao.org/docrep/005/S8630S/s8630s07.htm#bm07.3
El contenido de este artículo no debe ser sustituido por la opinión profesional de un productor, cultivador, agrónomo, especialista en fitopatología, y profesiones similares relacionadas con este cultivo específico.