Técnicas y cuidados para la siembra de chile

En Seminis queremos que tengas una exitosa cosecha de chile. Por eso te compartimos estas recomendaciones generales con técnicas y cuidados para tu próxima siembra.

 

Antes de sembrar…

Elige una variedad de semilla apta para las condiciones de tu suelo y región geográfica. Luego, cuando llegue la fecha, desinfecta tus charolas de germinación para evitar problemas de marchitamiento fúngico, entre otro tipo de plagas y padecimientos, y haz lo mismo con el sitio donde se desarrollarán tus plántulas.

 

Prepara el sustrato y siembra

Ya que todo está desinfectado, toca el turno de preparar el sustrato con una pala, agregando agua de pozo hasta alcanzar el punto ideal de humedad. ¡Ojo!, evita usar agua estancada, pues podría tener algunos patógenos que pongan en riesgo tu producción.

 

Para generar tus plántulas, utiliza charolas de 200 cavidades, llénalas con tu sustrato húmedo y planta las semillas a una profundidad de entre 1 y 2 centímetros para facilitar la germinación y evitar que se deshidrate o tenga complicaciones.

 

Aplica el fertilizante

Cuando tu plántula genera su primer par de hojas verdaderas, y ya las regaste con agua, toca el turno de su primera sesión de fertilizante, cuidando mucho la proporción para evitar problemas de toxicidad.

 

Realiza el trasplante

Aproximadamente dos meses después de la siembra, se extrae la plántula para llevarla al campo a concluir su ciclo de cultivo. Una plántula lista se reconoce porque ya tiene de 9 a 12 hojas verdaderas, las raíces cubren toda la cavidad de la charola y puedes desprenderlas con facilidad.

El siguiente paso es preparar el terreno y dejarlo bien nivelado para evitar encharcamientos que puedan atraer problemas de secadera.

Primero se hace el desvare y luego dos pasadas de rastra para eliminar los residuos de la cosecha anterior, airear el suelo y elaborar las camas. Además, de añadirle materia orgánica y fertilizante, y dejas listo un acolchado que sea gris en la parte superior (para aumentar la fotosíntesis) y negro en la interior para controlar las malezas, y las cintillas de riego.

Ya que está todo listo, el suelo está húmedo y no hay mucho sol (para evitar que se deshidrate la plántula), se realiza el trasplante, extrayendo las plántulas de la charola y colocándolas en la cama a una distancia de 35 centímetros una de la otra. Esto se hace sobre el acolchado, ya sea utilizando los agujeros que ya tiene el plástico o haciendo unos con una estaca.

 

Cuida tu cultivo

Cinco días después del trasplante, o ya cuando se forman raíces absorbentes, se aplican nuevas sesiones de fertilizante para aportar de fósforo, nitrógeno, potasio y demás nutrientes a tus plantas de chile.

Cuando la planta va creciendo, es necesario el estacado, para evitar que se aplasten las plantas. Las estacas se colocan a cada 5 centímetro en ambos lados de la cama, y se coloca un hilo a una distancia de entre 30 y 40 centímetros para sostener a las plantas y evitar que sufran daños por el viento o la lluvia.

También es necesario controlar las malezas, para que las malas hierbas no compitan por los nutrientes de la planta, y atraigan a plagas y enfermedades.

 

Protégelo de las plagas y enfermedades

Evita que las plagas y enfermedades pongan en riesgo tu producción. Monitoréalo constantemente para detectar anomalías, adopta una cultura de rotación de cultivos  y sigue las Buenas Prácticas Agrícolas en todas las labores culturales.

 

Las recomendaciones en este artículo están basadas en información obtenida de las fuentes citadas y deberán ser usadas como una referencia rápida para información acerca de:

http://infosiap.siap.gob.mx/images/stories/infogramas/100705-monografia-chile.pdf

El contenido de este artículo no debe ser sustituido por la opinión profesional de un productor, cultivador, agrónomo, especialista en fitopatología, y profesiones similares relacionadas con este cultivo específico.

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