Descubre en esta guía qué preparar con cada variedad de tomate, y aprovecha la dulzura o jugosidad de cada tipo en tus platillos.
Pero antes, ¿sabes de dónde viene el sabor del tomate? Para responder eso, primero hay que conocer su anatomía: un tomate tiene cuatro tipos de tejidos: una piel delgada pero dura, la pared del fruto, la médula central y la pulpa que rodea las semillas.
La pared del fruto contiene la mayoría de los azúcares y aminoácidos, pero los ácidos se concentran al doble en la pulpa y el jugo; la mayoría de los componentes aromáticos se encuentran en la piel y la pared. El sabor de una rebanada de tomate depende de las proporciones de estos cuatro tejidos.
Hay tomates más dulces, otros más carnosos, y dependiendo de sus características hay variedades más aptas para ciertos tipos de platillo que otros. Las variedades que encuentras en el catálogo de Seminis son los siguientes:
Tomate bola
Es un tomate redondo. Al ser carnoso, es ideal para partirlo en rodajas y servirlo en ensaladas, o platillos como lonches, sándwiches o hamburguesas. Esta variedad también se utiliza para rellenarlo con algún ingrediente fresco y hay quienes lo asan a la parrilla o al horno.
Tomate roma o saladette
Es una variedad ovalada, parecida a un huevo. Es un tomate con pulpa abundante, con un ligero sabor dulce y es menos carnoso que el bola, lo cual lo convierte en ideal para preparar salsas, sopas o guisos. Además, es la variedad más usada para enlatar.
Tomate cherry
Es una variedad pequeña y redonda con una forma parecida a la de una cereza. Este tipo es bastante dulce y principalmente se consume fresco en ensaladas, como aperitivo o como acompañante de pastas; también se usa en cocteles como el Bloody Mary.
Tomate uva
Es una variedad chica, con la punta alargada, como una uva. Este tipo de tomate tiene menos agua que el tomate cherry, lo que lo hace menos húmedo. Se puede utilizar en ensaladas, como botana en crudo, o ingrediente de ensaladas.