La cebolla es una de las hortalizas más cultivadas y con mayor demanda en México, situando a nuestro país dentro de los 20 mayores productores a nivel mundial. Si eres un productor de este vegetal o te interesa serlo, te presentamos tres recomendaciones para obtener una siembra exitosa.
1. Selecciona tu variedad
La elección del material a sembrar es muy importante; según la temporada y región, pueden ser variedades de días cortos, intermedios o largos. Elegiremos cebollas de días cortos cuando hay condiciones de 12 a 13 horas de luz; intermedios, con 13 a 14 horas de luz; y largos, con más de 14 horas de luz. En Seminis contamos con excelentes cebollas blancas de día corto como SV4043NM y Cirrus; para día intermedio, Sierra Blanca, y para día largo, Montblanc y Orizaba; entre otras.
2. Elige y prepara el terreno ideal
Es muy importante seleccionar suelos profundos con pocas piedras, de preferencia de textura franca. Si no contamos con estos requerimientos, tendremos problemas para realizar la cosecha mecánica y además el desarrollo del bulbo se verá limitado.
De igual importancia es seleccionar terrenos que no hayan sido sembrados con cebolla o plantas de la misma familia (ajos, chalote, puerro) por lo menos un año antes o en la temporada anterior, y hasta 4 años si sabemos que anteriormente tuvimos muchas enfermedades como mancha púrpura, raíz rosada, pudrición basal y mildiú lanoso, y plagas de insectos como gusano minador, trips y gallina ciega. Para más información sobre estos padecimientos, te recomendamos visitar nuestra Guía de Enfermedades de Cebolla con información muy completa sobre su manejo.
En cuanto a propiedades químicas, se prefieren suelos con pH de entre 6 y 7, y contenidos bajos de salinidad.
Una vez seleccionado el terreno, debemos prepararlo para dejarlo bien mullido y suelto. Se recomienda un pase de arado de discos y posteriormente dos pases de rastra. Los pases se realizarán de forma cruzada para eliminar terrones. Consideremos que se debe contar de 20 a 30 centímetros de suelo bien suelto. Según el sistema de riego que se elegirá, goteo o gravedad, se realizarán surcos o camas. Sus dimensiones se explicarán posteriormente.
3. Prepara el almácigo y trasplanta
Si decides sembrar almácigo, forma camas pequeñas de 80 a 70 centímetros de ancho. Se recomienda separar los surcos a 7 centímetros y sembrar a una profundidad de 1 a 1.5 cm. Es recomendable regar varias veces al día tratando de mantener humedad en el suelo. Hay que planificar bien las fechas de siembra, ya que las plántulas estarán listas de 8 a 10 semanas. Una vez que tengan el diámetro de un lápiz, se arrancan y forman manojos de 50 a 80 plantas atadas con una liga y se transportarán en arpillas hacia el sitio de siembra definitivo. Se debe arrancar considerando la cantidad justa que se puede trasplantar. Para realizar cálculos, se utilizan 10 gramos de semilla por m2 de almácigo para sembrar 1 hectárea.
Otra alternativa es utilizar bandejas con sustrato especial de germinación, enterrando la semilla superficialmente y cubriéndola con el mismo material. Es muy importante mantener un nivel de humedad constante y tenerlas bajo invernadero o malla sombra. Las plántulas estarán listas en aproximadamente 45 días o cuando tengan de 15 a 20 centímetros de altura.
Se recomienda comenzar el trasplante en las primeras horas del día, preferentemente antes del mediodía, para que no se deshidrate el material de siembra. Si el sistema de riego será por gravedad, se formarán surcos previamente con distancia de 70 a 75 cm entre sí. Las plántulas se sembrarán a 10 cm de distancia.
Si se utiliza riego por goteo, se formarán camas con 120 a 150 centímetros de distancia de centro a centro y de unos 60 cm de ancho. Se colocarán dos líneas de riego por cama y cuatro hileras de planta distribuidas de manera uniforme. Las plantas se deben poner a 10 centímetros de distancia.
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Las recomendaciones en este artículo están basadas en información obtenida de las fuentes citadas y deberán ser usadas como una referencia rápida para información acerca de:
El contenido de este artículo no debe ser sustituido por la opinión profesional de un productor, cultivador, agrónomo, especialista en fitopatología, y profesiones similares relacionadas con este cultivo específico.