Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las malezas son el componente más grande de pérdida económica entre todas las plagas (insectos, patógenos, nemátodos, etc.), causando que en algunos países en desarrollo se estimen pérdidas anuales hasta de 125 millones de toneladas de alimentos. Estas plantas son tan dañinas pues afectan de distintas formas a un ciclo agrícola: compiten con las hortalizas por los nutrientes y agua del suelo lo que afecta rendimiento y calidad, pueden bloquear la luz del sol si es maleza alta, sirven de huéspedes para plagas y patógenos, obstruyen el proceso de cosecha y afectan el riego y la fertilización, que significa un aumento en costos.
Es por esto que a través de los años han surgido diferentes técnicas de manejo, desde el simple deshierbe manual hasta el uso de herbicidas modernos, con el fin de disminuir la aparición de estas plantas. Hay que señalar que por “manejo” no hay que entender que se debe buscar acabar por completo con las malezas, sino más bien alcanzar el ideal, que es su regulación o disminución a niveles bajos, que no causen daños económicos. Incluso podemos encontrar un par de conceptos que reflejan este tipo de pensamiento: “control de malezas”, que se refiere a que se ha eliminado la competencia de malezas en un 80%, y “supresión de malezas” que indica una eliminación de 30 a 70%.
Es aquí donde entra el Manejo Integrado de Malezas (MIM), basado en los principios prácticos del Manejo Integrado de Plagas, y se define como el sistema que utiliza todas las técnicas y métodos de manejo de manera complementaria entre sí, analizando primero las características de los campos agrícolas, con el fin de mantener la población de las plantas no deseadas a un nivel por debajo del que cause pérdidas económicas y de tiempo.

El MIM busca, de manera general: prevenir que la maleza se disperse a través de maquinaria y herramienta, ganado, en contenedores, movimiento de tierra, etc.; promover conocimiento sobre la identificación y efectos de las especies de maleza; monitorear geográficamente el avance de malezas que actúan como plagas; combinar estrategias de manejo como rotación de cultivos, cultivos de cobertura, competición natural, fertilización adecuada, pastoreo de ganado, deshierbe manual; y evitar el uso intensivo e irracional de herbicidas.
Si deseas desarrollar correctamente el Manejo Integrado de Malezas, necesitas realizar investigaciones de campo que te permitan comprender los factores bióticos y abióticos que influyen en la forma en que se desarrollan tanto tus cultivos como las malezas, como las propiedades de tu suelo, incidencia de enfermedades, factores ambientales, etc. Lo importante de estas investigaciones es que te proporcionen información clara que ayude a llevar a cabo un MIM que satisfaga tus necesidades específicas en tus campos.
Los conocimientos básicos para llevar a cabo un Manejo Integrado de Malezas se pueden agrupar en cuatro pasos o cuestiones principales.
El primero de ellos es la identificación de las malezas y su nivel de infestación. El conocimiento de las malezas debe ser preciso, sobre todo con las que son perennes o parásitas, pues responden distinto a las prácticas de manejo tradicionales. La identificación de las malezas puede hacerse consultándose manuales o guías o pidiendo el servicio a un especialista; con la información de la maleza puedes más fácilmente aplicar un método de manejo eficazmente, por ejemplo, elegir el herbicida correcto y saber qué cantidad exacta usar según el momento de desarrollo de la maleza. Por otro lado, puedes evaluar los niveles de infestación o población de la maleza con la simple observación del nivel de cobertura de las malezas o a través del conteo. Aunque este proceso de identificación es sumamente importante, no debes tardar mucho en ejecutarlo.
Es vital también conocer las características biológicas y ecológicas de las malezas predominantes en tus campos, sobre todo durante sus fases de crecimiento y desarrollo. Esta información, vital para el desarrollo de un plan de acción contra las malezas, la puedes obtener considerando, entre otras cosas, lo siguiente:
- Características de su germinación: conocer cuándo germina la maleza, en qué temporada o estación, también si esta germina de manera uniforme o en oleadas durante el ciclo agrícola.
- Hábitos y condiciones de crecimiento: saber si es anual o perenne, si es terrestre o trepadora, si forma rizomas u otras estructuras reproductivas, etc. Esto sirve para señalar y atacar las debilidades de cada planta, evitando sus fortalezas.
- Tasa de crecimiento: es importante saber las fases de desarrollo de la maleza para decidir el mejor momento para aplicar métodos de manejo, como aplicación de herbicidas o cultivos de cobertura.
- Tamaño de la planta: igual que en el punto anterior, es útil conocer el tamaño para, por ejemplo, implementar herbicidas eficientemente, pues funcionan mejor en plantas pequeñas (menores a 15 cm) porque el follaje desarrollado suele obstruir los puntos de crecimiento de la maleza, donde se debe aplicarse.
Producción y dispersión de semillas: importante conocer cómo las malezas de tu campo producen semillas, con el fin de utilizar el manejo adecuado para lograr que las menos semillas posibles lleguen al suelo.

Después, pasamos al umbral económico y competencia entre malezas. Con umbral económico entendemos el análisis del número de especies de malezas en el campo y la densidad de las plantas que interfieren con el cultivo que podrían afectar negativamente tus recursos económicos; por ejemplo, si se trata de una sola especie y esta se encuentra presente en una baja densidad, las medidas de control serán muy distintas a una infestación más severa. Este análisis se traduce en una reducción de costos, tiempo y esfuerzo en el manejo de las malezas.
Igualmente, estas cualidades te pueden indicar de manera evidente qué tanto daño produce la maleza a tus cultivos según la densidad y momento de su desarrollo debido a la competencia por nutrientes y demás requerimientos para el crecimiento. Una utilidad más de conocer e identificar las malezas es conocer si estas están sirviendo de huéspedes a insectos que provocarían aún más daños a tus sembradíos.
Por último, se puede pasar a implementar los métodos de control de malezas, que pueden controlar o reducir la infestación a un nivel determinado. Algunos de los métodos pueden ser:
- Métodos preventivos: incluyen los procedimientos de cuarentena para prevenir la entrada de malezas extrañas a un territorio o región particular.
- Métodos físicos: deshierbe o arranque manual, escarda con azada, corte con distintas herramientas y labores de cultivo, etc.
- Métodos culturales: preparación previa del terreno a la siembra, rotación de cultivos, experimentación con distintas distancias de plantación, implementación de cultivos de cobertura, uso de acolchado, técnificación del riego, etc.
- Control químico: es el uso racional de herbicidas con un análisis previo y analizando cuándo y en qué cantidad son más eficaces.
- Control biológico: uso de enemigos naturales de las malezas, como insectos u otras plantas; esto es más valioso en terrenos con geografía complicada, donde no pueden trabajar adecuadamente las máquinas o el deshierbe manual es poco práctico.
En conclusión, tenemos que muchas de estas prácticas pueden combinarse para un mejor resultado, siempre y cuando se complementen y no signifiquen un impacto económico negativo para tu cosecha; por ejemplo, la labranza, combinada con los cultivos de cobertura que vayan mejor con tus hortalizas, ayuda a la salud y fertilidad de tus tierras.
Lo vital para el Manejo Integrado de Malezas es la concientización acerca de las pérdidas que las malezas causan y todos los métodos que existen para controlarlas. Esto contribuye no sólo a que los agricultores tengan éxito en sus cosechas, sino que además contribuye directamente al desarrollo de una agricultura sostenible que sea positiva para el medio ambiente.
¡Muchas gracias por leer una vez más nuestro blog Seminis! Mantente al pendiente de próximas entregas de nuestros artículos en los que, entre otras cosas, desarrollaremos los puntos que hemos tratado al hablar del Manejo Integrado de Malezas.
Las recomendaciones en este artículo están basadas en información obtenida de las fuentes citadas y deberán ser usadas como una referencia rápida para información acerca de:
http://www.fao.org/3/T1147S/t1147s00.htm#Contents
http://www.fao.org/agriculture/crops/thematic-sitemap/theme/spi/scpi-home/managing-ecosystems/integrated-weed-management/iwm-what/en/
https://www.bayer.com/en/bayer-iwm-brochure.pdfx?forced=true
Imágenes obtenidas de los siguientes sitios de internet, por orden:
https://cropscience.bayer.co.uk/blog/articles/2018/03/6-steps-for-black-grass-control/
https://www.canwelivebetter.bayer.com.ar/medioambiente/gota-gota-soluciones-sustentables-para-saciar-la-sed-del-mundo
El contenido de este artículo no debe ser sustituido por la opinión profesional de un productor, cultivador, agrónomo, especialista en fitopatología, y profesiones similares relacionadas con este cultivo específico.